En la actualidad, la industria de alimentación y bebidas en nuestro país es el primer sector en facturación. Dada la gran competencia en el sector, la innovación en mejoras productivas y avances tecnológicos suponen su principal motor de competitividad.
Se trata de una industria que tiene que competir en un mercado global, asumiendo el reto que implica apostar por un modelo innovador que sirva para aumentar la rentabilidad sin que exista una repercusión en el precio final del producto.
De esta manera, el tratamiento de las materias primas, su procesado y conservación son pilares fundamentales para ofrecer productos de calidad.